En este post te cuento cómo surgió y qué es GENUINAS.
He tenido que pasar por grandes desafíos vitales para darme cuenta de que el dolor, el trauma y las heridas que portaba me habían alejado de la verdadera Sofía. Aunque llevo años realizando trabajo de introspección y, como dice una amiga: «dándome la vuelta como un calcetín», siempre hay algún hilo suelto por el que seguir tirando y descubriendo lo que ha permanecido oculto en lo más profundo del sótano.
Las personas creemos que somos como nos mostramos e interactuamos con el mundo, sin embargo, hay aspectos que sí y otros que son fruto de unas vivencias que nos marcaron emocionalmente desde niñas y, por lo tanto, no son auténticas. Son nuestras máscaras, las que nos pusimos para interpretar ciertos personajes y sobrellevar esta existencia de la mejor manera que pudimos cuando nuestra conciencia y nuestro razonamiento aún no se habían desarrollado. Partiendo de este escenario, creo que es más fácil de entender.
Cada ser humano tiene unas cartas con las que jugar en el tablero de juego de la vida. Unas nos gustan más, otras menos, otras las detestamos y otras intentamos intercambiarlas con otras personas. Y lo cierto es que, si levantamos todas las cartas y tenemos la capacidad y el coraje de verlas y ponerles nombres a cada una, la partida puede variar. Así que es importante aprender a jugar a nuestro favor. Ya que con las cartas boca abajo no podemos jugar correctamente, por eso saboteamos la partida continuamente sin ni siquiera ser conscientes de ello.
Ya había levantado varias cartas y había comprendido cómo jugar con ellas cuando algo inesperado pasó en mi vida: una relación se estaba convirtiendo en algo difícil de procesar y no había manera de poder salir de ella. Me encontraba fuera de lugar, comencé a darme cuenta de que mi pareja me decía una cosa y luego hacía otra, yo le observaba y su energía no coincidía con lo que él trataba de mostrarme de sí mismo. Yo le decía que había cosas que no me parecían coherentes y otra serie de cosas que después comprobé que se habían convertido en mi sentencia de muerte.
Así que comencé a callarme y a tragar. Y mi estómago entonces hablaba por mí: malas digestiones, dolor, reflujo… Con el tiempo comprendí que mi estómago tampoco podía digerir lo que yo metía en mi cuerpo y esa era su manera de decirlo. Pero la situación fue empeorando y él trataba de volverme loca desde lo más sutil hasta ir subiendo el nivel.
Doy gracias a la Vida por haber salido de ese infierno y haberme dado la oportunidad de volver a reconstruirme. Y en ese proceso de reconstrucción es cuando desperté totalmente a la realidad: me había adaptado de tal manera a la agresividad porque, desde niña, arrastraba lo que los psicólogos llaman indefensión aprendida. No había sido por falta de autoconocimiento sino por desconocimiento de algo que me atrapaba en esa rueda cíclica. Y eso había hecho que no pudiera seguir levantando cartas para seguir avanzando en mi juego.
Aquella situación traumática que viví en mi niñez me mantenía congelada y, por lo tanto, alejada de mi Yo Genuino, mi verdadero ser, mi yo auténtico. Seguí descubriendo máscaras. Y esta vez dolían más que nunca. Qué bien me sentí cuando pude ver el dolor que arrastraba mi «niña buena» porque por fin pude entender qué me llevaba a actuar como seguía haciendo. De hecho, sigo en el proceso de observar cuando quiere salir a «hacer de las suyas». Me siento genial cuando actúo de manera diferente a como estaba programada, mi autoconfianza crece y ya no siento esas heridas feroces.
Aunque tengo claro que una pequeña parte de mí ha seguido intacta toda la vida, ya que la he defendido con uñas y dientes y nadie ha podido acceder a ella: es mi cueva sagrada, mi lugar seguro, mi zona de descanso y recarga. Es lo que me une a mi aspecto más genuino, sagrado, divino o como quieras llamarlo.
Así surgió GENUINAS: de una serie de situaciones encadenadas de profundo dolor y crecimiento que me llevaron a mirarme de verdad, sin medias tintas, a poner nombre a lo que me pasaba y trazar un camino para volver a reconstruirme. Y de las semillas que planté nació este hermoso proyecto en el que acompañar a mujeres genuinas a descubrirse a sí mismas. Porque saber quién una es y qué puede hacer es demasiado importante para obviarlo, porque esto en algún momento de tu vida puede salvarte.
GENUINAS ofrece un acompañamiento honesto, personal, grupal, artesanal, sin artificios, cercano, real… como nosotras, como tú y como yo. Por eso, prefiero que contactes conmigo personalmente, porque te lo voy a contar yo, ni un vídeo, ni un bot ni nada que no signifique conectar entre seres humanos en evolución. Considero que el proceso de autodescubrimiento y autoconocimiento de cada mujer es único y valioso, por eso hay que tratarlo con mimo y dedicación.
Te invito a navegar por mi mundo y, si puedo acompañarte, aquí estoy para hacerlo.
Gracias por tu tiempo.
Un abrazo genuino.